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| En el estudio de grabación "Santa Cecilia" de ZAFICOL |
Opté por nacer en Onzaga, Santander (Colombia) un 28 de noviembre de 1938 a eso de las 6:15 am.; siempre he sido madrugador y puntual. Mis padres, Carmen Rosa Quintero y Martín Silva, que Dios tenga en su gloria. Por su parte, mis 4 hijos, a quienes atesoro, son mi mayor orgullo.
Me considero afin a las justas causas; enamorado de la vida y de la música, pero recio, cuando hay que serlo, al igual que lo son las agrestes tierras de mi región.
A temprana edad me trasladé a Bucaramanga, donde mis primeros estudios estuvieron bajo la batuta de los padres salesianos; al final de mi academia, esta batuta estaba en manos del maestro Gustavo Gómez Ardila en la UIS.
Deseoso de contribuír a la juventud, me desempeñé como profesor de varios planteles educativos de la otrora "Ciudad Bonita", y ahora, ¡cómo han pasado los años!, aquellos pupilos me saludan al encontrarnos en la calle, la mayoría con visos de canas y sabiduría al andar, inspirándome admiración y cariño.
No puedo pasar por alto, mi carrera en el Ejército Nacional. Al servicio de la Patria consolidé aun más mi personalidad y los buenos valores, y a través de tantas anéctodas acaecidas, a ser versátil y práctico.
En el trasegar artístico, he tenido la suerte de contar con el apoyo de genitles figuras y conocer prominentes maestros y cantantes, en ocasiones al ser compañeros en tarima.
Mi emoción se debate ahora entre el orgullo y la nostalgia. Con quien me lee comparto el motivo: ya son 50 Años de cantarle al romance los que cumple el Trío Los Zafíros, mismo que fundé en Bogotá en un lejano 1963, ¿quién imaginaría que se me diera la oportunidad de ahora escribir estás lineas?, ¡antes no estamos más viejos!
Mil gracias a tantos amigos/as que nos han brindado sus atenciones, por ellos, seguiremos hasta que Dios nos la preste.
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